El Aeropuerto Internacional de Toluca desde hace poco más de año y medio decidió abrir un espacio dedicado a la producción de los artistas plásticos, en las disciplinas de pintura y escultura.
El contacto que cualquier persona puede tener con obras de arte hace de ella, aunque sea por un instante, un viajero del tiempo y del espacio a partir del disfrute estético. Los artistas ceden sus trabajos para que el público los contemple, los aprecie, y lo que es más importante, los habite o los transite permitiendo que se logre una experiencia entre el que la contempla y el objeto en cuestión; este encuentro es un abanico infinito de emociones, nunca podremos conocer o describir cada una de estas, sin embargo es seguro que se generan cambiando el ánimo de quien se permite observarlas.
Vuela con Arte reúne un férreo esfuerzo entre artistas dispuestos a exhibir y la voluntad de la administración por ofrecer de forma interesada a los pasajeros y a su personal esta experiencia espiritual, sabiendo que tal vez, a veces suceda con poco tiempo o a ojo de pájaro, pero siempre con la posibilidad de llevar en su viaje una imagen perdurable.
Las obras son en sí mismas universos por descubrir, cada observador tiene en sus manos la posibilidad de descifrar enigmas. Ahora bien, al acercar el arte a los viajeros y visitantes también se aprende que tenemos la oportunidad de convertirnos en navegantes de estos universos, de llevar con nosotros las formas o el color, los vacíos – llenos, la luz o las texturas, el ritmo, la armonía o los contrastes que de manera conjunta forman un lenguaje que el artista ha destinado para cada uno de nosotros, a veces desde la intimidad y en otras desde los horizontes mágicos o realistas más amplios y desconocidos, figurativos o abstractos. Lo importante es cómo cada uno tiene una propia lectura y una experiencia singular.
Para contribuir, como ya muchos lo han hecho, a una equilibrada y racional inteligencia de lo que fue el episodio independentista de nuestra historia nacional, así como exaltar el patriotismo y la conciencia histórica, a 500 años de haber sido consumada nuestra Independencia Nacional, deseo reconocer por igual la legitimidad de afanes de las facciones que escenificaron aquella confrontación civil, entre novohispanos.
El Movimiento Estudiantil de 1968 fue un hecho trascendental en la vida política, social y cultural de México. Dada esta importancia, desde aquel entonces y hasta este momento, dicho suceso ha sido reiteradamente analizado a partir de distintas vertientes; no obstante, su estudio sigue siendo inagotable.